Cien peruanos conversos al judaísmo, conocidos también como “los judíos de las Amazonas”, hicieron aliá en junio, como parte de un proceso de inmigración del que se esperan otras 150 personas más para 2014.
El grupo provino de la pequeña comunidad judía de Iquitos, a orillas del Amazonas en Perú, se estableció en Ramle el mes pasado.
Ellos son descendientes de judíos marroquíes que llegaron a la Amazonía en el siglo XIX buscando empleo en la industria del caucho, se casaron y tuvieron hijos con mujeres locales.
Bajo los procedimientos actuales de inmigración, se espera que las personas que no han nacido judías permanezcan nueve meses como miembros activos de sus comunidades judías locales después de haber completado el proceso de conversión -sin importar qué tipo de conversión que han realizado – antes de llegar a Israel. Durante este tiempo, sus aplicaciones son revisadas por el Ministerio del Interior. El ministerio, que no tiene sus propios emisarios en el extranjero, por lo general se basa en las recomendaciones de la Agencia Judía acerca de la validez de las conversiones realizadas en el extranjero.
La inmigración estaba prevista para mayo de 2012, pero fue demorada debido a que algunos funcionarios pidieron la conformación de un gabinete especial para tratar el asunto, algo que fue desmentido por una decisión judicial, que dictaminó que no se necesitaba ninguna decisión del gabinete.